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Urgente una Transición hacia una economía circular

Urgente una Transición hacia una economía circular

Urgente una Transición hacia una economía circular: Por Aldo Santillán

En el marco del Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO₂, diversas organizaciones, expertos y actores clave del sector industrial en México han puesto sobre la mesa la urgencia de adoptar modelos de producción y consumo más sostenibles.

En particular, la economía circular se ha convertido en un tema central de discusión. Ofrece soluciones concretas para reducir la contaminación atmosférica y sentar las bases de un futuro más limpio y competitivo. De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 99% de la población mundial respira aire insalubre, lo que provoca millones de muertes anuales por enfermedades relacionadas con la polución. Para el sector energético e industrial, esta estadística representa no solo un llamado a la responsabilidad, sino también una ventana de oportunidad para innovar, reducir costos operativos y optimizar procesos.

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), la industria es responsable de cerca del 24% de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) a nivel global. En México, se calcula que la contribución de este sector supera el 20% de las emisiones totales de CO₂. Sin contar las generadas por el transporte y otros rubros económicos. Ante estas cifras, la presión regulatoria y social para mitigar la huella de carbono se intensifica año con año.

La economía circular emerge así como un modelo que, al extender la vida útil de los productos, fomentar la reutilización de materiales y priorizar fuentes de energía limpias, contribuye a la disminución de residuos, la optimización de recursos y, sobre todo, la reducción de contaminantes.

La economía circular como estrategia integral

El enfoque de la economía circular es amplio y abarca aspectos clave de la cadena de valor industrial. Desde el diseño de productos, la selección de materias primas y la producción eficiente, hasta la correcta gestión de desechos posconsumo. Este último punto resulta esencial para el sector energético e industrial. Los cuales históricamente han enfrentado retos derivados de la mala disposición de residuos, la sobreexplotación de recursos y la dependencia de combustibles fósiles.

En México, la transición hacia un modelo circular podría significar ahorros de hasta un 30% en costos de materias primas, según estudios realizados por consultoras especializadas en sostenibilidad. Además, se calcula que, si se adoptaran prácticas de reutilización y reciclaje a gran escala, el país podría reducir hasta 39 millones de toneladas de CO₂ equivalente para 2030. Estas proyecciones hacen evidente que la economía circular no solo es una estrategia medioambiental, sino también un motor de competitividad industrial.

Organización en Favor de la Economía Circular (OFEC)

En esta línea, la Organización en Favor de la Economía Circular (OFEC), que agrupa a más de 200 empresas de la industria del plástico —fabricantes, comercializadores, recicladores y recolectores—, ha refrendado su compromiso con la promoción de iniciativas que impulsen la circularidad en México y Centroamérica.

“La transición hacia una economía circular no es solo una oportunidad económica, sino una necesidad urgente. Para proteger la salud de nuestras comunidades y garantizar un futuro habitable. Cada acción cuenta, desde las empresas que rediseñan sus procesos hasta los consumidores que apuestan por opciones más sostenibles”. Así lo señala Jorge Chahin, presidente de la OFEC.

Bajo esa misma visión, la OFEC ha puesto en marcha el “Plan de Manejo Colectivo”. Se trata de un programa que persigue la minimización, separación y aprovechamiento de los residuos industriales y posconsumo. Mediante estrategias que abarcan el rediseño, la reducción, la reutilización, la reparación, la renovación, la recuperación y el reciclaje. Este Plan se alinea con la legislación nacional relacionada con la gestión de residuos. Como la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR). Y busca posicionar al sector mexicano del plástico como pionero en economía circular en la región.

Beneficios económicos y sociales de la circularidad

Además de los evidentes beneficios ambientales, la economía circular tiene un fuerte componente económico y social. Por un lado, las prácticas de reciclaje y reutilización generan oportunidades de negocio en áreas como la logística inversa y la recuperación de materiales. Así como en la fabricación de nuevos productos a partir de desechos postindustriales.

Por otro lado, el sector energético ve en la economía circular una vía para la diversificación de fuentes de energía. Aprovechando procesos de biomasa, biogás o valorización energética de residuos que antes se consideraban inservibles.

De acuerdo con datos de la OFEC, sus más de 200 empresas agremiadas generan alrededor de 300,000 empleos directos en México y Centroamérica. Se estima que, con la adopción plena de un modelo circular, esta cifra podría aumentar en un 15% a 20% en la próxima década. Esto va en línea con estudios del Banco Mundial que indican que una economía verde y circular puede generar más y mejores empleos en comparación con el modelo lineal tradicional. Además de impulsar la inversión en tecnología de punta y capital humano especializado.

Impacto en la salud y en la calidad del aire

La preocupación por la calidad del aire no es menor. La OMS ha advertido que cada año mueren millones de personas como consecuencia de la contaminación atmosférica. Es una problemática exacerbada por las emisiones derivadas de procesos industriales, el transporte y la incineración inadecuada de residuos. En territorio mexicano, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha indicado que las partículas PM2.5 y PM10, provenientes en buena parte de la industria y la quema de combustibles, superan los límites recomendados en varias ciudades del país, afectando la salud de millones de habitantes.

En este contexto, la economía circular se erige como una solución integral para disminuir la presión sobre el aire que respiramos. Por ejemplo, la reutilización de materiales reduce la necesidad de extraer materias primas. Una actividad que genera polvo y partículas finas que contaminan el ambiente.

Asimismo, la optimización energética impulsada por la circularidad puede disminuir el consumo de combustibles fósiles. Lo cual se traduce en menos emisiones de CO₂ y otros contaminantes nocivos para la salud.

Retos para la adopción de la economía circular en México

A pesar de los avances y el compromiso de organizaciones como la OFEC, la adopción de la economía circular en México aún enfrenta desafíos. Entre ellos, se encuentra la necesidad de una mayor inversión en infraestructura de reciclaje. Incluyendo, el fomento de la investigación en tecnologías de producción limpia y el fortalecimiento de las cadenas de suministro reversibles.

Adicionalmente, el sector empresarial requiere incentivos claros por parte de las autoridades, que incluyan instrumentos económicos, marcos regulatorios adecuados y políticas públicas integrales.

La formación de capital humano especializado también resulta prioritaria. Universidades, centros de investigación y el propio sector privado deben trabajar en conjunto para generar perfiles profesionales capaces de diseñar productos con criterios de circularidad. Y para optimizar procesos industriales y liderar la gestión eficiente de residuos. Este esfuerzo formativo no solo prepara a las nuevas generaciones de ingenieros y administradores para responder a los retos ambientales. Sino que refuerza la competitividad de las empresas mexicanas en el mercado global.

Hacia un futuro sostenible y competitivo

La economía circular es, en esencia, una forma de repensar la relación entre la industria, la sociedad y el entorno. Para los tomadores de decisiones y líderes de negocio, adoptar este modelo no representa un gasto, sino una inversión a largo plazo. La reducción de costos asociados a la gestión de residuos, la posibilidad de crear nuevos productos a partir de materias primas secundarias. Y la mejora en la imagen corporativa frente a consumidores y socios internacionales son solo algunos de los beneficios tangibles.

Como menciona Jorge Chahin, “al emprender el camino hacia la economía circular, estamos garantizando un México competitivo, con una industria más resiliente y un entorno propicio para la innovación. Además, estamos asegurando que las futuras generaciones cuenten con un entorno saludable y recursos naturales suficientes para su desarrollo”.

En momentos en que la contaminación atmosférica y el cambio climático se consolidan como los grandes desafíos de nuestro tiempo. La economía circular emerge como la estrategia que puede alinear la prosperidad económica con el cuidado del planeta. Para el sector energético e industrial de México, este enfoque significa la oportunidad de reconfigurar procesos, optimizar recursos y marcar la pauta hacia una nueva forma de producir y consumir. Y, por supuesto, significa también la posibilidad de mejorar la calidad del aire que respiramos todos.

Acerca de la OFEC

La Organización en Favor de la Economía Circular (OFEC) es una Asociación Civil. Está legalmente constituida por más de 200 empresas de la industria del plástico: fabricantes, comercializadores, recicladores y recolectores. Su misión es impulsar el modelo de economía circular en México y Centroamérica mediante campañas de concientización a la población y actores políticos sobre el uso responsable del plástico. Así como sus múltiples beneficios y bondades; generando más de 300,000 empleos directos en estos países. Asimismo, la OFEC trabaja conjuntamente con diversas instituciones de prestigio y universidades en los ámbitos nacional e internacional. Realiza estudios de análisis de ciclo de vida de los materiales para demostrar científicamente todos los beneficios del plástico.

Con la visión de la OFEC, el respaldo de empresas comprometidas y la colaboración de autoridades y sociedad civil, México avanza a paso firme hacia la adopción de un modelo de economía circular. La meta final es clara: un aire más limpio, un desarrollo económico sostenible y una mejor calidad de vida para todos.

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