Nikola Corporation, fabricante estadounidense de camiones eléctricos y de hidrógeno, se declaró en quiebra con el fin de liquidar sus activos.
La compañía, que llegó a tener una valoración bursátil superior a la de Ford en 2020, no ha logrado recuperarse de los escándalos de fraude con unos vehículos fallidos.
Steve Girsky, presidente y consejero delegado de Nikola, señaló que la empresa buscó todas las soluciones posible, pero la falta de liquidez forzó la decisión.
“Hemos tomado numerosas acciones para conseguir capital, reducir nuestras obligaciones y preservar efectivo para sostener nuestras operaciones. Desgraciadamente, nuestros mejores esfuerzos no han sido suficientes”, explicó Girsky en un comunicado.
La decisión pone fin a una difícil trayectoria, que incluye varios cambios de liderazgo, una caída del valor accionario y acusaciones de ventas en corto.
“Al igual que otras empresas del sector de los vehículos eléctricos, nos hemos enfrentado a diversos factores macroeconómicos y de mercado que han afectado a nuestra capacidad operativa”, reiteró Girsky.
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Nikola nació en 2014 con la ambición de liderar el mercado de camiones eléctricos y de hidrógeno. Su modelo de negocio se basaba en el desarrollo de tecnologías avanzadas y asociaciones con grandes fabricantes. En 2020, la compañía alcanzó su punto álgido cuando su valor en bolsa superó los 30,000 millones de dólares, llegando a valer más que Ford.
Ese mismo año, firmó un acuerdo con General Motors (GM), en el que el gigante automovilístico estadounidense adquiría un 11% de Nikola a cambio del uso de su tecnología. Sin embargo, en septiembre de 2020, la reputación de la compañía sufrió un golpe devastador. Su fundador y entonces CEO, Trevor Milton, fue acusado de fraude por falsificar información sobre avances tecnológicos de la empresa.
El escándalo fue destapado por la firma de inversiones Hindenburg Research. Reveló que Nikola había exagerado e incluso fabricado pruebas falsas sobre la capacidad de sus camiones de hidrógeno, a los que se veía circular de forma simulada en una carretera cuesta abajo. La presión llevó a Milton a dimitir y, posteriormente, a ser condenado a cuatro años de prisión en 2023 por engañar a los inversores.
Tras la caída de Milton, GM canceló el acuerdo, dejando a Nikola en una situación comprometida. A partir de entonces, la compañía ha luchado por mantenerse a flote con otro acuerdo con Iveco. Sin embargo, sus modelos eléctricos y de hidrógeno no lograron el impacto esperado en el mercado.