La Reunión Anual del Foro Económico Mundial de 2025, celebrada en Davos-Klosters, Suiza, ha consolidado un mensaje inequívoco: la “era inteligente” demanda una colaboración más estrecha entre gobiernos, empresas y sociedad civil para enfrentar los retos globales.
Bajo el lema “Colaboración para la era inteligente”, surgieron cinco prioridades conectadas que apuntan a:
- reconstruir la confianza,
- reimaginar el crecimiento,
- invertir en las personas,
- salvaguardar el planeta y
- actualizar las estrategias de liderazgo.
Y, en cada una de ellas, la ciberseguridad juega un rol fundamental.
Derek Manky, Estratega de Seguridad y VP Global de Inteligencia contra amenazas de FortiGuard Labs, perteneciente a Fortinet, quien señaló: “La protección del mundo digital exige alianzas sólidas, porque ningún individuo u organización puede combatir en solitario las amenazas cada vez más sofisticadas que enfrentamos”.
1. Reconstruir la confianza
La complejidad geopolítica, sumada a la adopción acelerada de tecnologías emergentes —principalmente la inteligencia artificial (IA)—, ha propiciado un clima de desconfianza en múltiples frentes. Las cadenas de suministro se ven amenazadas por actores maliciosos, se incrementan los riesgos de robo de propiedad intelectual y las empresas enfrentan ataques dirigidos a la infraestructura crítica.
Para atajar esta situación, la primera prioridad en la era inteligente consiste en reconstruir la confianza entre los diferentes actores públicos y privados. Esto implica fomentar la transparencia en los procesos de gobernanza digital y asegurar el intercambio oportuno de información sobre ciberamenazas. Al respecto, Manky enfatiza: “Si queremos reconstruir la confianza, es esencial que gobiernos y empresas compartan regularmente inteligencia de amenazas y mejores prácticas de seguridad. De lo contrario, dejaremos un flanco abierto para que los ciberdelincuentes avancen”.
2. Reimaginar el crecimiento
La segunda prioridad apunta a reimaginar el crecimiento en un contexto donde la frontera digital impulsa la innovación y la competitividad. Modelos de negocio basados en la nube, la adopción del Internet de las Cosas (IoT) y la evolución hacia la Industria 4.0 han abierto oportunidades inigualables para organizaciones de todos los sectores. Sin embargo, estas oportunidades también presentan superficies de ataque más amplias.
El desafío consiste en fomentar el crecimiento con un enfoque de ciberseguridad desde el diseño. Esto abarca la implementación de redes seguras, la segmentación de los entornos industriales y la adopción de herramientas de monitoreo y prevención de amenazas impulsadas por inteligencia artificial.
En palabras de Manky: “El crecimiento no puede venir a costa de la seguridad. Las organizaciones deben incorporar la ciberprotección en su ADN desde el inicio de cualquier proyecto, evitando gastos reactivos más adelante y garantizando la continuidad del negocio”.
3. Invertir en las personas
La escasez de talento especializado en ciberseguridad es un reto que afecta tanto a grandes corporaciones como a pymes y entidades gubernamentales. Según estimaciones del Foro Económico Mundial, la brecha de profesionales entrenados para contrarrestar ciberamenazas continuará creciendo en los próximos años, exponiendo a las organizaciones a riesgos cada vez mayores.
“El desarrollo de talento en ciberseguridad es un imperativo estratégico”, afirma Derek Manky. “No solo necesitamos expertos altamente calificados, sino también programas de formación continua para el personal en funciones no técnicas. Cada empleado puede ser la primera o la última línea de defensa ante un ciberataque”.
Invertir en las personas no se reduce a impartir cursos. Se trata de generar una cultura corporativa donde la seguridad forme parte de la mentalidad de todos, desde directivos hasta operadores de planta. Para el sector industrial, esto cobra vital importancia, ya que la evolución hacia fábricas inteligentes exige personal capaz de operar en entornos cyber-físicos con un alto grado de automatización.
4. Salvaguardar el planeta
La sostenibilidad ambiental se ha convertido en un punto esencial de las agendas corporativas y gubernamentales. La transición hacia energías renovables, la optimización de recursos y la mitigación de emisiones son objetivos prioritarios. Sin embargo, la digitalización que subyace a estas iniciativas, como las redes inteligentes de distribución energética, también conlleva nuevas vulnerabilidades.
En consecuencia, la cuarta prioridad de la era inteligente no puede desligarse de la ciberseguridad. La protección de infraestructuras críticas —como plantas de energía, estaciones de tratamiento de agua y sistemas de control de tránsito— requiere soluciones específicas que permitan anticiparse a ataques y garantizar la continuidad de servicios vitales para la sociedad y el planeta.
5. Actualizar las estrategias de liderazgo
La última prioridad aborda la necesidad de actualizar las estrategias de liderazgo en las organizaciones y en los gobiernos. La era inteligente demanda líderes capaces de navegar en entornos complejos, tomar decisiones basadas en datos y, sobre todo, comprender la relevancia estratégica de la ciberseguridad.
El liderazgo en ciberseguridad se traduce en asignar recursos adecuados, promover la formación continua y apoyar la colaboración con actores internos y externos. Sin esta visión, cualquier iniciativa de transformación digital quedará expuesta a riesgos que podrían frenar la innovación.
Derek Manky señala: “La ciberseguridad no es un departamento aislado, sino un componente esencial del gobierno corporativo. El liderazgo debe trabajar de la mano con los equipos de seguridad para desarrollar políticas, procesos y tecnologías que protejan la continuidad operativa y fortalezcan la reputación de la empresa”.
En la práctica, esto implica que los directivos incluyan la ciberseguridad en sus planes estratégicos, revisen los protocolos de gestión de crisis y promuevan la cultura de colaboración no solo dentro de la organización, sino también con autoridades y empresas del mismo sector.
Cooperación a escala global: un imperativo
Las palabras de Manky resonaron en las múltiples mesas de trabajo y paneles del Foro Económico Mundial 2025: “Las asociaciones son fundamentales para abordar estos riesgos y garantizar el crecimiento continuo de las organizaciones en todo el mundo”.
Compartir datos e inteligencia de amenazas, apoyar la capacitación de fuerzas de seguridad y promover la participación multisectorial son pasos clave para fortalecer la resiliencia digital. El éxito de la Operación Serengeti, impulsada por INTERPOL con la colaboración de AFRIPOL y el Cybercrime Atlas, es un ejemplo palpable de lo que puede lograrse cuando se combinan recursos yexpertos para perseguir a los ciberdelincuentes de manera coordinada.
La ciberseguridad como pilar
La ciberseguridad se ha convertido en el pilar que sostiene cada una de las cinco prioridades de la era inteligente: reconstruir la confianza, reimaginar el crecimiento, invertir en las personas, salvaguardar el planeta y actualizar las estrategias de liderazgo.
En un entorno global cada vez más interconectado y complejo, la falta de una estrategia de seguridad robusta pone en riesgo no solo la competitividad de las organizaciones, sino también la estabilidad económica, social y ambiental de las naciones.
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